miércoles, 8 de octubre de 2008

Confesiones de un Adiós

Recorrí calles completamente oscuras, contemplando el tétrico cielo que me iluminaba. Me rodeaba un aura deprimente y solitaria. No podía pensar, sólo podía recordar que tú ya no estabas conmigo. Todo se volvía cada vez más pequeño e insignificante, sentía la falta de una pieza vital en mí, en el mundo, en todo lo que me rodeaba. Seguí caminando en círculos, había perdido la única luz que pilotaba mi torpe e inútil vida, y me sentí incapaz de encontrar solo mi camino. Intenté imaginarte conmigo, sólo para darme esperanza, pero tu aroma, tu voz… no flotaban en el aire, no lograba encontrar esa esencia milagrosa, que a todo daba vida y espeluznante satisfacción. Simplemente no encontraba dirección y me pareció inútil continuar, me dejé caer y pasó la vida sobre mí. Llegué al momento del desenlace… el cual yo creí, era el final de mi pútrida existencia, mas todo tomó color nuevamente. Pensé que al no existir físicamente la poca alma que aún conservo podría abrazarte eternamente, podría escucharte respirar sin interrupción alguna, podría simplemente estar a tu lado… en completo silencio, observándote y grabando tu recuerdo para cuando ya no pueda seguirte. Pero no fue así. La vida se podía percibir en el aire espeso, mientras tú dabas pasos obscenamente agigantados hacia mí. Me miraste. Te inspiré lástima y nostalgia. Tú pensaste que yo seguiría mi camino, pero no lo hice, lo intenté… pero no lo conseguí. Intenté perderte en mi memoria, para dejar de atormentarme, para poder olvidar que cavé mi propio foso… pero ahora confieso que continúo moribundo, a media vida, por tu recuerdo… por el anhelo de volver a tenerte entre mis brazos, de volver a respirar la misma atmósfera saturada con deseo, que embriagaba nuestras mentes y nublaba nuestro sentir. Ahora te ofrezco por vez última, no porque yo así lo quiera sino porque mi cuerpo ya no lo permite, no sólo una disculpa, no sólo palabras insulsas y promesas sobre las que escupirás rencor. Te ofrezco todo lo que tengo: Te doy mi mundo patético, para que lo llenes de luz; te ofrezco mis misérrimos bolsillos, para que disfrutes mi riqueza en nada… Te obsequiaré también mi corazón, para que lo devores sin remordimientos y puedas degustar lentamente en toda tu boca todo el amor acumulado que contuve y no supe expresarte; mis pulmones, para que desgajes su cubierta y compruebes que el aire que respiraba provenía únicamente de los tuyos; mi faringe, para que escuches su llanto y obtengas la satisfacción de oír su lamento de contrición; mi frágil mente, para que conserves mis recuerdos en un olvidado y desgastado frasco pequeño. Por último te brindo mi gastada y triste alma, para que la encierres y evites que vague noche tras noche, día tras día, rogando por una oportunidad más… rogando por ese pedacito de cielo que yo perdí una vez, e intenté recuperar, pero ese cielo me cerró las puertas justamente, por darle la espalda, por ignorar la felicidad que me brindaba. Ahora sólo me queda dejarte todas estas inútiles ofrendas, dar la vuelta, y permitir que seas feliz en tu mundo claro… sin mí, manchando tu nombre, traicionando tus besos, maltratando tu candidez y tu pureza. Basta de dolor. Tú serás feliz, y si lo eres lo seré yo. Sé feliz, mi dulce anhelo, mientras… lloraré todas las lágrimas que aún te debo.

by gomita again!!!

No hay comentarios: